Muchas de las mal versaciones en la comunicación entre seres humanos tienen que ver con las
diferencias naturales de pensamiento que existen entre l@s interlocutor@s. Empero, solemos pensar en que si nosotr@s, a nuestro juicio nos expresamos bien, l@s otr@s por irreductible consecuencia deben entender lo que sentimos o pensamos
, así
nuestras formas de expresarnos parezcan sacadas del país de la inverosimilitud.
 |
Nos podemos equivocar al formar la imagen de una persona |
Todo ello se debe a que no entendemos que
cuando hablamos con otra persona no estamos interactuando con una especie de máquina que va a comprender nuestros mensajes sin equívoco alguno, sino que
estamos en frente de otro ser humano con creencias, defectos, virtudes, anhelos, esperanzas y rinconcitos que le hacen fascinantemente únic@ e irrepetible. Pero nosotr@s, en nuestro afán por imponer nuestra “sacratísima” voluntad, terminamos por moldear el sentir de l@s demás a nuestra “imagen y semejanza”, como quien dice,
no hemos conocido a alguien, sino que le hemos creado a partir de nuestras percepciones y necesidades.
Nuestro ego se viste de gala para hacer el “show completo” y ayudarnos a seguir tragando a pedazos una mentira que tarde o temprano va a caer por su propio peso y que nos va a llenar de vergüenza e insensatez. Creemos tener “la verdad” pero sólo hemos tenido un bulto de engaños que nos han llevado a contrariarnos mil y un veces con el mismo hecho
. Es muy fácil andar por el mundo, organizándole la vida a l@s demás, decimos:
“yo haría mejor esto que Sutanita o que Juanito”, pero a la hora de la verdad nos quedamos extremadamente cort@s, puesto que ya estamos mostrando nuestra falta de solidaridad: nos dedicamos a hablar y hablar,
pero no somos capaces de ponernos en el lugar del o la otra para intentar conocer el por qué actúa de esa manera y tampoco buscamos ayudarle a sanar esas dificultades que le laceran.
 |
Debemos darle espacios al o la otra para "ser" |
¿Te has preguntado por qué solemos decir que “no terminamos de conocer a la gente”? ¿Sí? Yo también, por ello he llegado a dos posibles hipótesis que nos pueden ayudar con el asunto
. La primera, es que definitivamente
existen personas que son una “cajita de sorpresas” sea para bien o para mal, y que tienen la increíble capacidad de transformarse día tras día. La segunda hipótesis, tiene que ver con nuestros ataques de ego:
estamos tan concentrad@s en ver lo que queremos ver según el momento que vivimos, que poco nos importa la realidad, poco nos importa descubrir quién es ese otro mundo que tenemos en frente, ¿ves cuán grave es que no nos sepamos comunicar adecuadamente y seguir embuid@s en ese constante soliloquio?
Tienes una oportunidad para hacer en realidad las cosas mejor, para intentar zanjar los agujeros que ocasionaste con tu mal proceder,
empieza por liberarte de todas esas ataduras del ego, el orgullo y la vanidad que te inflan como un globo hasta llegar a una oscura nebulosa en donde te quedas sol@. Si deseas hacer las cosas mejor, comienza por dejar caer tu dedo índice y
empezar a escuchar, una habilidad que entre tantas infructuosas palabras has perdido
. Las cosas no se hacen mejor… Simplemente se hacen y de ti depende el resultado,
¿vas a seguir creando los cielos de otras almas? ¿O te vas a permitir descubrirles?
Con el alma llena de amor...
© Lluvia
0 comentarios:
Publicar un comentario