miércoles, octubre 05, 2011
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Casi nunca, al dar inicio a un idilio, pensamos en que algo puede fallar. Pero querámoslo o no, muchas veces sucede y toda esa situación nos deja sumergid@s en un mar de contradicciones que nos deprime y nos crea mil y un reproches, como si fuese pecado entregar el corazón y amar sinceramente.
desamor, tusa, dolor, decepción
Una relación de pareja es un compromiso de dos...
Pero nosotr@s no hemos cometido ningún pecado: no hay nada de malo en ser honest@s y regalarle un pedacito de nuestro ser a quien ha deseado caminar por este mundo de nuestra mano. El pecado lo empezamos a cometer cuando pensamos que nuestra vida se acaba en ésa persona, como si no hubiese existido un antes, como si no hubiese espacio para un después. 

Una relación de pareja es como un avión: se necesitan de dos alas para mantenerle volando, porque cuando una de ellas sufre un daño, lo más probable es que el avión se precipite a tierra y se destruya tras semejante caída. De igual forma, no podemos esperar a que nuestra relación de pareja funcione cuando las alas del amor se rompen y no se puede llevar a cabo ninguna reparación en el aire: es inevitable terminar en una ruptura.

Si ya tu pareja no quiere seguir cuidando del ala del amor que le corresponde, ¡no insistas más! ¡No acabes de perder tu dignidad en medio de ese simulacro de relación que tuviste! Recupera de los restos del avión tu vida y deja atrás ese fuselaje que lo único que hace es anclarte a un doloroso episodio. No merecemos seguir en medio del desierto, en medio de la soledad, con el alma apagada por el dolor y el corazón lleno de recuerdos… Por más que añoremos y deseemos volver al pasado, ello no sucederá y hoy debemos conformarnos con todo lo que nos toca vivir.

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Si ya no nos ama, que se vaya...
Y no es que debamos ser conformistas con las cosas maravillosas de la vida. Sólo que debemos aprender a aceptar los acontecimientos de nuestro camino tal y como vienen para poder tomar cartas en el asunto. Imagina: si no reconoces, si no aceptas que aquella relación acabó, seguirás creyendo que puedes revivir al muerto y te quedarás eternamente ligad@ a un imposible que te lastima.

Si aquel ser que amamos tanto ya no está con nosotr@s, ¡dejémosle ir! No seamos nosotr@s mism@s quienes sigan muriendo bajo una tonelada de escombros. Cuando tenemos un tesoro muy preciado, ¿se lo regalamos a cualquiera? No. Es más, ¡ni loc@s! ¡Ni a bala! Sólo se lo entregamos a quien demuestre que cuidará de ese tesoro con exacerbado cuidado. Con tú corazón pasa lo mismo… ¿por qué seguir permitiendo que lo tenga quien ya no desea cuidarle, amarle y respetarle? 

Tú tienes el más valioso de los tesoros en tu pecho, ¡cuídalo! Si alguien ya no lo desea, ¡quítaselo! Pero no dejes que se vaya muriendo de tristeza por un ser que no te valora… ¡Tú vales mucho más que eso! Permite que tu amor pueda volar, pero que su motor no sea otra persona, sino la nobleza que hay en tu alma. Es tiempo de conquistar los cielos que perdimos por andar tras quien ya no nos ama, ¿te animas? 

Con el alma llena de amor...
© Lluvia
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