Cada cual tiene una particular forma de mirar su mundo |
Se nos hace sencillo hablar del proceder de l@s demás y etiquetarles por un simple acontecimiento que no tuvo mayor trascendencia: los corazones con etiqueta azul deben actuar como lo hacen el resto de corazones etiquetados con el mismo color, porque de lo contrario, ocasionarán contrariedades y discusiones que le llevarán al mismo lugar: ser etiquetado de color azul.
Las etiquetas no son buenas, no podemos resumir a un ser de gran complejidad como la nuestra a una simple palabra: ¿por qué habríamos de ser tan injust@s?
El hecho de que un día veamos a una persona con mal humor no significa que sea mal humorada siempre, el hecho de que sonría tampoco significa que sea alegre siempre, el hecho de que utilice expresiones poco comunes no significa que lo haga siempre… Así podemos encontrar muchos ejemplos del cómo, de manera “olímpica”, reducimos las dimensiones de un ser humano que comparte este mundo con nosotr@s a pequeñeces.
Sólo veremos imágenes borrosas cuando juzgamos a alguien... |
Lo mismo pasa con las personas: creemos conocerlas cuando lo exclusivo que hemos visto son puntos, por eso nos creemos con el derecho a etiquetarles y juzgarles, ¡y no es cierto! No conocemos a nadie a base de puntos… Si no nos gusta estar en una situación, entonces tampoco pongamos a l@s demás en ella…
Ante el ojo inexperto, los diamantes siguen siendo llanas piedras… No pierdas valiosas joyas por apresurarte a juzgar, ¡No etiquetes a nadie!
Con amor elevado al infinito...
© Lluvia
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