Si hemos de errar, procuremos que los errores sean nuestros. |
No elegir también es elegir.
¿Qué te hace pensar que te libras de tus elecciones con solo delegárselas a otr@s? ¿Acaso crees que alguien puede hacerse responsable de tu vida? ¿Crees que tu alma es un terreno al que le puedes cambiar el terrateniente cuando quieras? No, así no es, y… ¡Sorpresa! No elegir también es elegir, la diferencia es que nos convertimos en las marionetas de los intereses de un o una tercera cuyas posibles “buenas intenciones” son pocas y se diluyen con el tiempo.
¡Siempre podemos elegir en nuestras vidas! |
Elegir implica descartar todo lo que nos impide ser felices y dejar en nuestras vidas lo que nos llena de alegría, ¿no te parece una interesante labor? Tienes la potestad de no aceptar “obligaciones” que atenten contra tu dignidad, de no continuar con esa relación de pareja que te llena de angustias, de no aceptar ningún trato que no se enmarque dentro de los límites del respeto, ¡Puedes elegir así que hazlo!
Tu presente es el resultado de tus elecciones, puedes cambiar tu rumbo en cualquier momento, no tienes por qué pedir permiso: el control de tu vida es tuyo, por eso puedes elegir y decidir sobre lo que quieres y lo que no. El poder de elegir es demasiado grande como para cederlo. No cedas, eres tú quien debe labrar sus pasos, haz de este tiempo lo que anhelas, lo que deseas, lo que esperas, lo que te ilusiona, lo que te llena, lo que te bendice, lo que te hace sonreír…
¡Elige hacer tú vida! Recuerda que elegir es el mejor de los retos de este mundo: dura para siempre, tiene el poder de cambiar, de evolucionar y dar felicidad, ¿no quieres eso para ti?
Con infinito amor...
© Lluvia
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