Hay etapas de la vida que debemos abandonar. |
Hemos aprendido a valorar lo que adorna nuestra existencia, le cuidamos y tenemos espacio para soñar con más, para pensar que podemos seguir mejorando y escalar un peldaño más en nuestra escalera de logros, pero… ¿Qué pasa cuando algo o alguien cumplen su ciclo con nosotr@s?
Hay puertas que deben cerrarse.
Haz de cuenta que elevamos una cometa al cielo, estamos felices contemplándole pero de repente, el hilo que mantenía a la cometa con nosotr@s se rompe: por más que queramos y por mucho que corramos tras nuestra cometa, no podremos alcanzarle. Lo mismo sucede con etapas de nuestras vidas que entran en otoño: por mucho que queramos detenerles, las hojas caerán y llegará una nueva estación.
Aprender a soltar nos hace valorarnos más. |
Normal es que no queramos dejar ir: llevamos tanto tiempo acostumbrad@s a ese trabajo, a esa situación, a esas personas, a ese amor, a esa vida, que nuestra primera reacción es apretar con fuerza lo que tenemos y negarnos a dejarle de acariciar a diario, después de todo, ¿quién quiere perder? Nadie, pero ello es ineludible en ocasiones y en lugar de asumir las circunstancias como una pérdida, podemos asumirlas como un cambio positivo y una renovación de oportunidades.
¡No debemos apegarnos a nada ni a nadie!
Lo verdadero, es lo que no necesita de un candado. |
Soltar no es fácil, pero este es un proceso de crecimiento que debemos experimentar: aprender a vivir requiere del abandono de ciertas etapas, si lo logramos, no sólo seremos seres humanos libres de apegos, sino que sabremos que todo aquello que tiene un inicio, ineludiblemente, tendrá un final.
Con amor para Ricky.Con infinito amor...
© Lluvia
Foto Créditos: Foto 1, Foto 2, Foto 3 y Foto 4
0 comentarios:
Publicar un comentario