No te sacrifiques por encajar

Somos diferentes, pero tod@s maravillos@s.

Si te sacrificas por encajar, corres el riesgo de perderte a ti mism@ en medio de la confusión. No es necesario que dejes de ser tú. No es necesario dejar de ser yo. Con que nos aceptemos como seres humanos es suficiente para convivir y valorarnos.

¡Tod@s nacemos y somos únic@s!
Tú eres tú, yo soy yo, cada quien es alguien, ¿podemos refutar algo? No. Cada ser en este mundo es incomparable, desde el nacimiento lo somos, lo reafirmamos con el paso del tiempo y nuestra creación de visión de vida. Tenemos la naturaleza y el derecho a ser diferentes, no tengamos miedo a no ser del “montón”, merecemos ser más, merecemos ser nosotr@s mism@s.

No es bueno sentirse él o la rara…

Encajar no está mal, vivir de ello sí.

Sentimos la necesidad de agradar porque estamos siendo partícipes de un determinado contexto, y eso es maravilloso pues reconocemos que debemos vivir en comunidad, la pregunta es: ¿hasta qué punto hemos dejado de ser nosotr@s mism@s para encajar? ¿Cuánto nos hemos sacrificado con miras a no perdernos de este o tal grupo? ¿Qué es lo que hemos hecho para no sentirnos rar@s?

¿Caes en la tentación de encajar?
¿Qué es encajar? Adecuarse a algo. Si lo miramos desde nuestros sentimientos, sabremos que es esa extraña sensación en la que te sientes incómod@ y no sabes qué hacer o decir simplemente para ser bienevenid@, ¿no? Pero ésa es una sensación momentánea que no debe alargarse por mucho tiempo, pues llegada la confianza, podrás desenvolverte con tranquilidad; hallamos problemas es cuando mantenemos ese estado por mucho tiempo y terminamos por olvidarnos de quiénes somos para diluirnos en lo que l@s demás quieren que seamos.

¡No es necesario sacrificarse para encajar!
Si te acostumbras a abandonar partes de ti porque te parece que no “encuadran”, te equivocas: una cosa es que seas pertinente a la hora de actuar, y otra totalmente opuesta es olvidarte de que tienes el derecho a ser quien eres. Si lo haces todo para encajar, continuaras haciéndolo. Si con firmeza y respeto le expresas a l@s demás que como ell@s, eres un ser único, de seguro terminarán por aceptarlo y valorar tu determinación.

¡Tod@s tenemos derecho a ser únic@s!

¡Somos seres humanos!

Solemos castigarnos muy fuerte, y aniquilar nuestras individualidades es por lo general el camino más corto. Pero hay un mejor camino: el de reconocer la otredad, es decir, el de reconocer que somos seres humanos con defectos, virtudes, y formas de ver el mundo; lo que no necesariamente está mal, sólo es diferente: ¿será que se nos hace muy difícil aceptar a quienes nos rodean como lo que son? ¿Como seres humanos diversos e irremplazables? No hagas ni incites a hacer sacrificios innecesarios, ¡Aprendamos a valorar a cada quien desde su unicidad!

Con amor para mis amig@s del MJC.

Con toneladas de amor...
© Lluvia