La codependencia no es filantropía

Depender directa o indirectamente de alguien no es sano: esconde muchos problemas en nuestra personalidad y además hace que se acumulen las dificultades hasta un punto en donde sentimos que ya no hay vuelta atrás. Somos seres libres y autónomos, no tenemos por qué depender de nadie y por el contrario, debemos permitirnos una vida sin de restricciones, una vida en donde podamos elegir.

No debemos depender de nadie para darle sentido a nuestra vida.

La codependencia es un problema más común de lo que se cree. En una primera medida creeríamos que esto hace referencia a aquellas personas que de manera continua necesitan ayuda hasta para elegir su cena. Pero no, la codependencia es mucho más profunda: se trata de una condición psicológica en donde hay una preocupación exacerbada por l@s demás sin importar el bienestar propio. Esta es una enfermedad “social”, puesto que solo se presenta en la convivencia “social”.

Esto no es filantropía en exceso. 
Esto es una problemática muy importante en la que las personas codependientes literalmente “dependen” de las acciones de tercer@s para sentir que su vida tiene sentido, es decir, quien es codependiente no ayuda a sanar las dificultades de l@s demás; más bien, las contrariedades de l@s demás les ayudan a ell@s a subsistir.

¡Podemos superar la codependencia!

La codependencia afecta de muy diversas maneras según las condiciones específicas de cada sujet@. Pero en general, se pueden hablar de síntomas comunes como: la negación del estado de codependencia, la poca responsabilidad por su propia vida y la excesiva preocupación por la vida de otr@s, a quienes se supone ayudan.

Estas personas se encuentran escindidas de sí mismas, por lo que cualquier tipo de contrariedad no necesariamente viene del cómo se sienten ellas, sino del “cómo les hacen sentirse l@s demás”. Se comprometen tanto con l@s otr@s, que se olvidan de que también tienen la responsabilidad de vivir y se limitan al papel de “víctimas” y “mártires” que sucumben ante las garras de quienes apoyan, cuando est@s no aceptan seguir sus condiciones y parámetros.

¿Qué podemos deducir de esto?
Que l@s codependientes no son filantróp@s, sino personas que esconden su egoísmo tras una “entrega total” a l@s demás. La codependencia puede sanarse, no es algo que deba permanecer por siempre en quien le padece. Basta con recordar que tod@s somos seres inigualables e irremplazables, y por ende, somos l@s únic@s responsables de lo que suceda en nuestra vida.

Nos gusta vivir interactuando con l@s demás, pero ése no debe ser siempre el eje de nuestra existencia, puesto que también necesitamos reafirmar nuestra identidad individual. De la codependencia se debe dar un salto hacia la confianza en nosotr@s mism@s, es ése el principal remedio y la gran esperanza.

Con amor elevado al infinito...
© Lluvia 

 Foto Créditos: Foto 1