La Navidad debiera ser una época para cambiar. |
Esta es una época de celebración.
Todos los días debieran ser una continua fiesta; el problema es, no los vemos como tal y por eso este tiempo es tan luminoso para la mayoría de personas, pues más allá de preceptos religiosos, la casi finalización de una etapa representada por un año más de vida, merece gran festejo.
¡Mucha belleza florece en navidad!
Nuestras vidas debieran ser festejadas siempre. |
¡Vale la pena celebrar!
La navidad es mágica: nos ayuda a olvidar las dificultades, nos hace ver el mundo con más amor y sobre todo, nos da el fuego de la esperanza para creer en un mañana mejor en donde los sueños se hagan realidades, las sonrisas lluevan, y las lágrimas se conviertan en cristales de paz, que nos ayuden a ser conscientes del inmenso poder que tenemos en nuestras manos: el poder de cambiar, renovar y construir.
La Navidad es una época para mejorar. |
Sólo por esta época, intentemos no prometernos ni prometer cosas que no pensamos cumplir, ¿qué no lo ves? Cada vez que te haces propósitos vacios que jamás cumples, lo que haces es destrozar el espíritu navideño: llenas de palabras tontas tus días, haces que el incumplimiento en ti sea un hábito, y peor aún, te acostumbras a ser siempre el mism@...
¡La Navidad es un compromiso!
Tal vez no lo veas así y creas que sólo se trata de una fecha comercial, en la que recibes y das obsequios, gastas dinero por montones y hasta recibes el saludo de aquel ser que en enero dejará de saludarte nuevamente. Y puede ser que así sea… Pero la navidad más que eso, es un compromiso con nosotr@s y con l@s demás, una invitación a cambiar y hacer que nuestras vidas siempre tengan épocas mágicas, ¿no lo crees? ¿Tú te comprometerías con esta navidad que llega?
Con infinito amor...
© Lluvia
Foto Créditos: Foto 1, Foto 2 y Foto 3
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