jueves, diciembre 13, 2012
0
Las explicaciones se nos han convertido en el "pan" de cada día, algunas veces son oportunas y nos hablan de la sinceridad, de las naturales dificultades que suelen acontecer; empero, las explicaciones también pueden ser falsas salidas para encubrir la verdad, justificar una mala acción, evadir un compromiso o simplemente "quedar bien". 

 ¿Por qué se da una explicación?
explicaciones, mentiras, justificaciones, engaños
Las explicaciones son necesarias, las mentiras no.
Por lo general, las explicaciones se dan tras una contrariedad: se entregan con el fin de que sean creídas y a posteriori, justifiquen y excusen dichas contrariedades. Esta es una herramienta de comunicación humana fundamental, pues como es evidente, no vivimos en un mundo color rosa y no todo siempre sale como lo esperamos, es necesario entonces, expresar lo que sucede, es decir, explicar.

Las explicaciones son muy importantes.
No debemos desestimar su valor, pues por medio de ellas y si nos damos la oportunidad de escuchar, nos enteraremos de las razones de l@s demás; incluso, si lo analizamos más de fondo, podemos develar algunos pensamientos y emociones del ser que tenemos en frente.

Pero cuando las explicaciones son excesivas...
explicaciones, mentiras, justificaciones, engaños
Así queramos mentir, por los poros saldrá la verdad.
Nos encontramos ante dos posibilidades: una de ellas, es que las explicaciones son reiteradas porque somos muy importantes para quien nos intenta explicar algo, por ende, se repite la explicación, pero con absoluta coherencia; la segunda posibilidad, se encuentra relacionada directamente con el engaño: alguien intenta mentirnos.

Los sentimientos no se ocultan, brotan.
¿Recuerdas la etapa del colegio cuando tu maestr@ te pedía que explicases la tarea? Cuando habías estudiado podías dar cuenta perfectamente de ello y eras exact@, tal vez añadías una idea más para mejorar tu calificación; pero cuando no habías estudiado y querías ocultarlo, divagabas, eras insegur@ y hasta dejabas escapar movimientos involuntarios y balbuceos. Lo mismo pasa en la vida cotidiana: cuando enfrentamos, tenemos confianza; cuando evadimos, titubeamos.

Las explicaciones pueden develar una mentira.
Cuando aseguramos verdadero algo que no es cierto, nuestro cuerpo lo contradice y nuestro corazón también así nosotr@s no lo notemos. Ello se evidencia cuando alargamos las explicaciones: no vamos al punto sino que nos entretenemos por las ramas; sentimos la necesidad de hablar y hablar, pues creemos que ayudará a darle veracidad a nuestras palabras; vacilamos, dejamos escapar muletillas como "ehhh", sudamos, movemos nuestras extremidades sin control, en fin...

explicaciones, mentiras, justificaciones, engaños
Si las intenciones son limpias, las acciones también han de serlo.
Con esto sólo nos engañamos a nosotr@s mism@s, pues no debemos olvidar que quien nos conoce no creerá en explicaciones falsas, pero si tendrá que decepcionarse al ver como intentamos mentirle.

Las explicaciones no son malas, las intenciones pueden serlo.
No debemos usar algo que en su génesis fue bueno para ocultar, justificar, omitir o acentuar nuestros actos, ¡debemos asumir nuestras responsabilidades! Cuando tus explicaciones son sinceras, así serán sentidas; cuando tus explicaciones son engaños, así serán repudiadas.

Con infinito amor...
© Lluvia 
explicaciones, mentiras, justificaciones, engaños

0 comentarios:

Publicar un comentario