¡Hablemos con nosotr@s mism@s!

Ser mejores, encontrar lo que tanto hemos querido, caminar en el sentido correcto, hacer nuestros sueños realidad, ¡hay tantas razones para hablar con nosotr@s mism@s! Y debemos hacerlo, pues así reconocemos que somos valios@s y merecemos de un constante cuidado interior. 

Nadie mejor para conocernos, que nosotr@s mism@s.

¿Cuál fue la última vez que echaste un vistazo adentro?
La mayoría de personas olvidan tener un tiempo de introspección. Tal vez parezca obvia la necesidad de analizar nuestro proceder, sin embargo, para la inmensa cantidad de la humanidad no es algo tan necesario, por eso no lo hacen; tú mism@ puedes empezar por preguntarte si para ti es importante o no pensar en lo que ha sucedido en tu vida…

¡Debemos hablar con nosotr@s mism@s!
¿Cuándo fue la última vez que te preguntaste por lo que sentías o querías? Somos importantes, tratémonos como debe ser. Hablar con nuestro espíritu no es algo diferente a conocernos un poco más y reflexionar sobre lo que nos inquieta, lo que nos alegra o nos hiere, ¿te parece una tarea muy difícil?

Sólo necesitas de voluntad…

Mejoras con cada acto reflexivo que haces conciente.

No es cuestión de que te pongas un hábito blanco o te vayas a la última montaña del mundo para reflexionar. Justo ahora, en este momento, frente a la pantalla del computador puedes hacerlo, sólo necesitas de un poco de voluntad para recordar lo que no has olvidado: tus pensamientos, tus sentimientos, ¡tu vida! ¿Crees que ha sido como querías? ¿Tal vez mejor? ¿Quizá necesitas ajustar un par de cosas? ¿Qué tal si lo piensas?

Reflexionar es un acto de crecimiento.
Créeme que cuando empiezas a pensar con más detenimiento lo que sucede contigo, todo se ve de una manera muy diferente: te preocupas más por ti mism@, pues bien sabes que el bienestar de tu entorno depende de tu propio bienestar; te equivocas menos, pues empiezas a trabajar en ese maravilloso arte de pensar las cosas dos veces; tienes menos arrepentimientos, pues en el debido momento sabes actuar; entre otras, muchas, muchísimas cosas.

¡Habla contigo! ¡Ámate!
Mi hermana Marer suele repetir constantemente una frase: “si yo no me amo, ¿quién va a hacerlo por mí?”. Hoy, a esas palabras podemos agregar: si yo no me escucho, si no me respeto, si no me comprendo, si yo no hablo conmigo, ¿quién va a hacerlo por mí? Empezar a sentirnos es el primer paso para una vida más satisfactoria y feliz. En este instante tienes una conversación pendiente contigo mism@.

Con toneladas de amor...
© Lluvia