Podemos y debemos construir un mundo en donde nos sintamos plen@s, en el que no miremos hacia atrás y nos sintamos frustrad@s. Un mundo que en lugar de motivarnos a darnos contra las paredes, nos motive a esparcir amor y sentirnos orgullos@s de ser nosotr@s mism@s.
Todo podría ser aún mejor, pero paradójicamente nos detenemos más en las piedras que en las bellas flores de nuestro camino,
¿no crees que es absurdo?
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Debemos dejar atras lo malo para dar espacio a lo bueno |
Los seres humanos somos creaciones contradictorias y misteriosas. Empero,
no por ello debemos rondar las leyes del mínimo esfuerzo y el estancamiento, por el contrario,
cualquier arrojo es chico cuando se trata de ser felices y no revolcarnos entre miserias. Pero pareciera que en lugar de buscar espacios de realización, buscamos espacios de detrimento: metemos el dedo en la herida hasta que se vuelve a abrir y nos tele transporta a la era de aquel sufrimiento.
El pasado es un tesoro valiosísimo cuando sabemos utilizarle de forma positiva como sustento para nuevas experiencias que nos ayuden a crecer como personas. Pero cuando no sabemos emplearle
, es una fuente inagotable de angustias que siempre nos dañan y nos convierten en esclav@s de algo que ni siquiera merece nuestra atención.
Duele recordar muchas cosas, nadie lo niega, ya que como hayan sido los acontecimientos,
ellos se afincaron en el alma y nos crearon muchas presiones en el pecho que aún nos hacen derramar lágrimas cuando menos lo pensamos… Pero lo que yo quiero que entiendas hoy, es que hay cosas por las cuales
no debiéramos sufrir, ya que llanamente no valen la pena,
así que no hay motivos por los cuales seguirnos bañando en oscuridades de forma innecesaria.
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Ya no dejo que nada me ate, "lo que no sirve, ¡Que no estorbe!" |
Debemos aprender a mirar a la vida fijamente a los ojos, debemos sentar nuestra posición y
no permitir que ningún remolino de malos recuerdos acabe con el brillo de nuestra mirada. Hace unos días, y gracias al público infantil que me rodea, veía una película de Disney llamada “la princesa y el sapo”. Más allá de las historias de princesas
, me encanté con un personaje que aparecía en dicho film: “
Raymond” era su nombre, una luciérnaga muy simpática y solidaria que se enamoró de una estrella llamada “
Evangeline”. Raymond amaba a su novia y a pesar de algunos comentarios que intentaban “aterrizarle”,
él nunca dudó que algún día estaría con ella. Y efectivamente, después de su muerte, una nueva estrella brilló al lado de Evangeline: era Raymond quien al fin acariciaba a su amor en forma de estrella
.
Así mismo pasa con nuestro corazón: si le convencemos de que siempre merece brillar y rodearse de amor, no habrán comentarios, señalamientos, acciones, interpretaciones o recuerdos que le hagan pensar lo contrario.
Nosotr@s nos edificamos a diario con nuestros pensamientos, es por ello que hoy te pido que seas Raymond
, para que no haya cabida en tu vida para un pasado que fue ingrato contigo y te llenó de lamentos.
En tu espíritu está la fuerza para darle la espalda al dolor, porque si deseas sólo cosas buenas para tu corazón, primero debes ser lo suficientemente obstinad@ para sacar de tu vida todo lo que no sirve.
¿Para qué recordar lo que no te trae nada bueno?
Con el alma llena de amor...
© Lluvia
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