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| ¡Hay que arriesgarse a vivir! |
Si por cada miedo que existiera en el mundo se sembrare una flor, ¡pronto tendríamos que colonizar nuevos planetas! Pero aferrarse a los miedos no es una buena alternativa, porque el miedo nos limita.
¡Cuántas ilusiones dejamos en el suelo por miedo!
Nos aterramos por nuestra propia existencia, nos enredamos una y mil veces en nosotr@s mism@s pensando en que es mejor no hacer esto o aquello, pues lo más probable es que podamos salir con alguna herida en el alma. Pero cuando perdemos el miedo, lo único que podremos perder serán más miedos… ¡Así que retomemos nuestras ilusiones y no las sacrifiquemos por lo que no sabemos que pueda suceder! Actuar puede ser riesgoso, pero detenerse es mortífero.
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| La vida vale la pena cuando en realidad la vivimos. |
¡Sí! Pensemos junt@s, si te arriesgas en eso que tanto quieres para tu vida, ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Conocer la derrota? ¿Cargar con las consecuencias de tus actos? ¿Sentirte un poco mal por un tiempo? ¿Qué cosa tan grave es que te mantiene con ataduras? Porque si lo pensamos varias veces, veremos que no tenemos el panorama tan oscuro como creemos.
Pase lo que pase, siempre ganarás.
No podrás saber el resultado de luchar por tus sueños sino lo haces, no hay otro camino: ¡lánzate a la conquista! Si hay una victoria, te dirás a ti mism@: “¿y a esto es a lo que le tenía tanto pánico?”; y si hay una derrota, ¡maravilloso! Entonces podrás decirte: “ya sé cual camino no es el indicado para conseguir lo que deseo”.
¡Nada pierdes con intentar!
O bueno sí: ¡pierdes el miedo! y ello ya es la más grande de las ganancias. Inténtalo, sólo esfuérzate un poco más cada día, tú puedes lograrlo, ten fe en ti mism@, una vida plena y feliz bien vale el riesgo.
Con toneladas de amor...
© Lluvia
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