martes, octubre 09, 2012
0
Tod@s hemos pasado por momentos difíciles, pero lo que realmente nos marca, es la forma en la que salimos avante de ellos. Algunas personas eligen callar, esconder, llenarse de miedo y seguir sufriendo por un pasado que ya no les es cercano; pero nosotr@s, si en realidad deseamos vivir a plenitud, debemos abandonar los sufrimientos, aprender de ellos y caminar hacia la felicidad.
alt
Debemos elegir si amargarnos o dejar atrás.
Hay cosas en la vida que nos amargan.
Han existido instantes en los cuales nos hemos sentido tristes: insultos, faltas de consideración, acciones mal intencionadas, pensamientos negativos, en fin, acontecimientos que han atentado contra nuestra integridad emocional… Pero si vivimos entre recuerdos amargos, nos volveremos amargad@s, irritad@s, de mal genio y enfadad@s con todo el mundo.

¿Por qué recordamos tanto los sufrimientos?
Es paradójico que seamos capaces de evocar cientos de veces sucesos dolorosos, mientras que los felices sólo los guardamos en el olvido. Los sufrimientos se graban en lo más profundo del alma, tanto que se convierten en un tema de autoestima y dignidad. Lamentablemente, muchas veces sobrevaloramos una ofensa, realizamos grabaciones mentales mal dimensionadas y debido a ello, nos enfocamos en llenarnos de sentimientos dañinos.

alt
Sufrir también es una elección, ¿la quieres?
¡Nada es total en la vida!
El sufrimiento no es total, el perdón no es total, ¡nada es total en la vida! Empero, totalizamos cada vez que permitimos que un sentimiento nos gobierne, pensémoslo bien: ¿ese hecho es tan importante como para seguir apegad@ al dolor que nos causó? ¿Acaso nos volvimos dependientes a aquel sin sabor que no le hemos dejado atrás?

Debemos reconocer nuestras responsabilidades.
Existen muchas cosas que se escapan de nuestras manos; pero lo que viene después siempre depende de nosotr@s: nos pueden ofender, pero nosotr@s decidimos si vivimos ofendid@s; podemos sufrir a causa de un desprecio, pero nosotr@s decidimos si vivimos sufriendo; podemos llorar a causa de una decepción, pero nosotr@s decidimos si vivimos llorando…

¡Nada anima a sufrir!
La profesión “mártir” no paga muy bien… ¿Para qué la quieres? Sufrir por el pasado es sufrir por lo que ya no existe: nosotr@s somos quienes le dan vida a lo que ya murió. Hagamos de nuestro camino algo mejor, aprender del pasado y procurar nuestra felicidad es una excelente opción para tener un nuevo comienzo. Recuérdalo siempre: ¡nada anima a sufrir! Eres tú quien debe animarse a ser feliz.

Con infinito amor...
© Lluvia 
alt

0 comentarios:

Publicar un comentario