El arte de mantener la boca cerrada

Disfrutar de una comunicación efectiva con quienes nos rodean es un elemento básico para que nuestras relaciones interpersonales puedan desarrollarse de una manera adecuada. Como seres humanos valiosos que somos, debemos aprender a mantener nuestra boca cerrada, no para no expresar lo que sentimos, sino para escuchar a l@s demás y beneficiarnos de ello.

No sólo l@s otr@s se benefician de la escucha.

Tod@s en algún momento nos hemos encontrado con personas con las cuales es difícil dialogar: hablan sin parar, te interrumpen en lo que dices, cambian el hilo de la conversación de un momento a otro, en fin… Y como ha de ser natural, también hemos hallado seres que nos permiten expresarnos, que escuchan y con los cuales nos es ameno intercambiar un par de palabras.

Hablar es un arte. Callar también lo es.
A veces, a personas con excelentes dones en la oratoria se les hace espinoso cerrar la boca en una conversación; y ni qué decir de las personas egocéntricas… Pero cuando no permitimos que quienes nos rodean se expresen, no estamos platicando, estamos sosteniendo un claro diálogo con el espejo.

Escuchar, es demostrarle a l@s otr@s que nos importan.

¡Acariciemos el arte de mantener la boca cerrada!

No te estoy enviando a que vivas guardándote todo, sino a que aprendas a escuchar a quienes te acompañan en el camino, ¿Cuál es la mejor forma de escuchar? Pues cerrando tu boquita, porque si la mantienes abierta no harás las dos cosas bien: entonces primará lo que tú quieres decir y no lo que l@s otr@s quieren decirte.

Aprender verdaderamente a hablar y a escuchar, es permitir que l@s demás se expresen y confíen en nosotr@s. Además, nos daremos la oportunidad de aparcar prejuicios, de no valorar de manera inoportuna, de ser mejores oyentes, de analizar con mayor detenimiento lo que sucede en nuestro entorno y sobre todo, de reflexionar sobre la pertinencia de nuestras actuaciones. 

¡Puedes empezar ahora mismo!
Por algo tenemos dos oídos y una sola boca: si tenemos la capacidad de hablar, también tenemos la capacidad de cerrar la boca y escuchar para no precipitarnos a tener pensamientos que lo más probable es que no tengan lugar a ser. Si queremos que nos escuchen, primero hemos de aprender a escuchar, no sólo seremos personas más tranquilas y maduras, sino que seremos un@s artistas en el arte de dibujar a quienes nos rodean.

Con amor elevado al infinito...
© Lluvia